misión enciclopedia-andante

He regresado del exilio.

Misión: Enciclopedia Andante FASE 1. TERMINADA.
Resultado: DESCONOCIDO.

Últimamente eso de hablar de sueños me estaba resultando algo cursi. Hasta que me envalentoné y decidí embarcarme en la persecución de uno de ellos. Cabe mencionar que no era cualquier sueñillo, más bien era uno choncho, con asientos en primera fila, telón rojo y proyecto de vida incluido.

Y comenzó la hazaña:

Me recluí 50 días aproximadamente con la misión de convertirme en una enciclopedia andante, un cerebrito, una “nerd”, en otras palabras, en la candidata perfecta para ingresar a la Universidad Nacional Autónoma de México.

Reconectar neuronas, desenterrar conocimientos, desayunar, comer y cenar libros, chutarme toda la primaria, secundaria y preparatoria en menos de dos meses. Y derrepente todas las cosas que algún día me pregunté "¿Y a mí para qué fregados me va a servir saber esto?!", comenzaron a tener sentido.

Leyes de la física, álgebra, química. Lidiar con todas las guerras de la historia, como si no fuera suficiente con la personal. Google y Wikipedia se convirtieron en mis nuevos mejores amigos, infalibles, exactos.

Y por primera vez en toda mi vida, dudé de mi rendimiento en un examen. Sí, la ñoña del salón, la del cuadro de honor, la de la mención honorífica, por primera vez tuvo verdadero miedo de no pasar un examen y dudas realistas de no ser lo suficientemente inteligente, sabionda, intelectual....perfecta :(

No sé si exista el destino y demás, pero una cosa si tengo clara: lo que diga la lista del 28 de marzo, ya no depende de mí. Aunque de esos resultados dependa una parte importante de mi vida. Lo reconozco, me muero de miedo, tengo miedo de todo!, cualquiera que sea el resultado, me causa un nudo en la garganta: Si sí..........si no.

Aún así, pase lo que pase, y pase o no pase, creo que la misión más importante de todo esto se ha cumplido. Acudir a uno de los eventos más importantes, planeados y temidos de mi vida, de la mano de mi padre, que por primera vez en mis 22 años, lo escuché decirme firme, sin ningún tinte de reproche, con el corazón partido y con todo el amor en la mirada: “Si es lo que te hace feliz, te vamos a apoyar.”

Y yo….con el ojo remi, mi mochila llena de sueños y oficialmente desamparada al destino.

Comienza la cuenta regresiva.