viernes, 5 de febrero de 2010

pues resulta que no puedo estar contigo más...

Es un hecho: nos estamos yendo.

Como que derrepente la vida nos está separando de golpe. No cabe duda, alguien tenía que hacer algo porque si no yo no entendería nunca, que no, no somos, nunca fuimos y ahora está más que claro que no seremos.

Tenías razón, lo peor que puede pasar es que no pase nada y efectivamente:
Tú sigues yendo y viniendo de un cuarto a otro. Y yo sólo al tuyo. Y yo sigo sin hablar.


A estas alturas del partido, después de tus últimas e incómodas confesiones a calzón quitao, después de nuestro último encuentro desenfrenado y con la inminente despedida a la vuelta de la esquina, yo sólo pinto para quedarme con el clásico ¿Y si le hubiera dicho?


A fin de cuentas lo más probable es que ya no pase nada, porque de todos modos ya nos estamos yendo.