jueves, 29 de julio de 2010

Se que dices que tienes veinte cuando tienes 23

Son vísperas de mi cumple.
Ya no sé si planear o no planear algo, y es que por más que me quiera hacer la interesante diciendo que a mí eso de los cumpleaños me pasan desapercibidos y que es un día más y que quien sabe qué, no lo puedo evitar, ¡Ya va a ser mi cumpleaños!

Y es que no es cualquier cumpleaños eh!, es un cumpleaños decretado, hace un año exactamente hablando con cierta personita por teléfono le dije: Mi próximo cumpleaños no voy a estar aquí, y lo dije tan rotundamente, que al destino no le quedó otra opción, y con ese ‘aquí’ no me refería únicamente a la ciudad en la que me encontraba en ese entonces (hasta hace 10 días exactamente), sino un ‘aquí’ que implicaba un estado psicológico-emocional-existencial muy particular, que no es momento de describir.

Pues efectivamente, no es cualquier cumpleaños, no solamente por la particularidad del cambio de dígito (situación implícita en cualquier cumpleaños). Lo que hace aún mejor a este cumpleaños es que será completamente diferente al anterior, en una ciudad nueva, en una vida nueva, en una realidad nueva.

¿Que el tráfico? Sí,
¿Que el acento horrible? (no se ofendan si un chilango lee esto) Sí,
¿Que las distancias larguísimas? Sí.

Todos los mitos acerca del mentado defectuoso son ciertos: Sí, la gente si dice mucho chale, media hora de distancia es cerquísima (y mí que se me hacia lejos ir de mi casa a torreón jardín y hacia 20 minutos en carro), sí hay harta contaminación, sí hay chorros y chorros de gente que siempre parece llevar prisa y que no voltea ni a ver más que para abrirse paso, subirse al metro sí es muy parecido al momento de entrar en la fila al antiguo estadio Corona, y nunca, nunca hay silencio en las calles.

Pero tengo que decirlo, no, no es tan malo como lo pintan y a mi esta dosis de soledad me está sentando bien, sin líos, sin la grilla en la que estaba metida últimamente, sin los embrollos pseudo-amorosos que dejé a 12 horas de distancia, y esto si me duele decirlo: sin las noticias sangrientas de cada día :(

¿que si no extraño? ¡claro que extraño!, lo admito, los primeros días aun me sentía de como vacaciones, turisteando, y creo que aun lo siento, pero hoy justo hoy cuando me subí a mi nuevo-próximo camionsito ruta de todos mis próximos días de por segunda vez estudiante universitaria, me dieron muchísimas ganas de llorar, y me encontré ahí con mi ojo remi al lado del camionero, sin nadie cercano a quien le importara de verdad, sin nadie cercano que me conociera realmente. Y los extrañé, muchísimo.

La neta, la neta, me siento rara, aquí en mi depita estoy agusto, ya he ido poblando este mi nuevo espacio, pero salgo de aquí y me rodeo de esta gente nueva y me siento ajena, diferente, yo tan ‘normal’. No sé si es bueno o malo. Pero tengo la certeza de que a nadie le importo, y serán mis egocentrismos, pero eso no está padre.

No, no estoy triste, estoy feliz, tranquila, ya viene mi cumpleaños y no tendré una ‘bolita de amigos’ con quien celebrar. Pasaré mi cumpleaños en ésta caótica ciudad que ni me espera y ni si quiera sabe que existo.

Un año más y me vuelvo cada vez más vieja para esas cosas cirquerezcas que tanto me gustan. Un año más y cada vez se hace más tarde para hacer esas cosas que siempre he tenido ganas de hacer y que a la fecha nunca he hecho y que mis prejuicios me dicen que mientras más grande más ridícula: cambios de look extravagantes, comportamientos desenfrenados, noches de diversión inmaduramente irresponsables.

Entonces recuerdo esa lista de cosas que circulaba por internet que decía que si no las has hecho antes de los 30 ya no las harás nunca, y pues en esa aun me faltan tachar muchísimas cosas. Se suma un numerito más a mi edad y aún no he viajado fuera del país, soy demasiado vieja para aprender ballet y ser gimnasta e irónicamente aun me piden mi identificación en los bares. No he probado drogas, no he ido a Europa, aun no sé si quiero casarme, tener hijos, establecerme y todo eso, y para empezar no tengo ningún romance en turno que pinte para algo más que un simple romance en turno.

No vine a "buscar un sueño" no quiero lograr nada, solamente intento ser congruente con la parte mas clara que tengo de mi proyecto de vida, y que puede no ser la mÁs interesante del mundo pero esta vez sí es la mía, la que yo elegí. Y déjenme decirles que ya vi de reojo mis 23, y no pintan tan mal :)

domingo, 25 de julio de 2010

Partir


No sé si alguien haya visto la película de Amelie. Es que yo me siento como la escena de cuando es niña y va al río a liberar a su pecesito suicida. (Yo soy el pecesito suicida). Y no por los intentos fallidos de quitarse la vida saltando de la pecera y estrellándose en el piso, no. Más bien estoy como el pez cuando lo arrojan al río y se queda ahí, mirando a su ex-familia, con unos ojos enormes, llenos de dudas, miedo y libertad. ¿Esque acaso las tres cosas van de la mano?

Y entonces su ex-familia que siempre será su familia lo mira con tristeza y amor, sabiendo que es lo mejor para él.


Y el pecesito entonces mira esos ojos llenos de futura nostalgia, respira profundo y se sumerge en el mar.


Vida: ahi te voy.

martes, 13 de julio de 2010

confesión

He intentado engañarme, incluso ha habido momentos donde me llegué a creer mi propia mentira, pero hoy, después de todos estos meses lo reconozco, con la cabeza baja y mirándome con ojos de decepción y compasión al admitir que No lo he superado aún.

No entiendo, rebasa mis conocimientos, la psicología, los consejos, el sentido común.

Esto parece una lucha entre mis instintos de vida y de muerte. No tengo ánimos de describir porqué lo digo. No quiero describirlo, no quiero nombrarlo, pero sé que está, aun está, lo siento, te siento.

No estoy mal, aclaro. No quiero llorar.

Lo puedo resumir en 4 palabras: No te he olvidado.

O en menos, en 3: Aun te espero.

¡Aún tengo tanto que escribir de ti!