jueves, 8 de abril de 2010

elucubraciones

Casi no te extraño, sólo lo suficiente, lo necesario para no olvidarte, para que no mueras aquí dentro, para que sigas vivo en esta tierra. Lo que es extraño, es que casi no te extrañe, que no me derrumbe por dentro y me invente un maravilloso drama, adornado con celos de colores y pesadillas de media tarde, en las cuales revivirte, revivirme junto a tu lado más oscuro, ese que me fascinaba, que me fascinaba como todas esas cosas que no atrevo a escribir ni a decirte porque no terminaste de arrancarme los pudores.

Casi no te extraño, sólo extraño que estés en los deseos que pedía cuando pasaba debajo del tren, cuando me ganaba una pestañita, cuando veía un pelirrojo. Sólo extraño que estés en mis sentidos horas y días después de que estuviste un momento, como ese recuerdo quinestésico casi-tristemente-permanente que permanecía impregnado días después de que besabas mi parte favorita.

**************

En estos días te extrañé un poquito más, es inevitable, el clima o una cosa que aun no se describir que hay algunos días en el ambiente, me recuerda tan nítidamente ciertos días, ciertas tardes, pero más que nada ciertas mañanas en las que te pensé o te esperé, a veces sólo detrás de un vitral observando detalladamente tu andar ligero y mirada fija, a veces frente a ti con las palabras torpes y la mirada delatora. No lo sé, es una cosa del clima, el color del día, la posición de las nubes y el sonido de la ciudad, no puedo definirlo con certeza. También a veces lo asocio con aromas, pero nunca he sido buena en retenerlos en mi memoria, solo los tengo cuando llegan fugazmente y vuelvo a no extrañarte, pero sólo es por segundos. Los aromas no son lo mío.

En estos días te sentí un poquito más, hace rato llegó hacía mi un pequeño insecto, era pequeñito y lindo, no lo quise aplastar ¿será acaso que me visitas camuflajeado en forma de animal y acompañas durante largas horas, paciente y callado, solo estando? Es buena estrategia para estar conmigo mientras duermo la siesta o mientras bajo a la cocina a las 2:34 a.m. a tomar jugo de naranja o mientras te escribo esto. Oye, ¿será que tú hiciste que soplara el viento fuerte de esta tarde? Sí, escuché lo que me decías a través de sus gemidos, no lo comprendí, pero lo escuché. Sabía que ese viento era el aliento trasformado de tu voz, de una plegaria que elevaste a un dios aun desconocido para mí, de la poesía que creó tu movimiento, y hoy, hace unos minutos, llegó hasta mi trasformada en viento. ¡Sabía que eras tú!

***********

Mi conclusión: A lo mejor por eso casi no te extraño, porque también hoy te abracé a través de un niño descalzo. Él me pidió un abrazo, en un principio lo quise negar, pero después vi en sus ojos los tuyos y lo recibí, recibí su abrazo, tu abrazo y el abrazo de la humanidad.

Intento amar, no amarte, amarlos, amar todo. Pero aun me cuestan las 4 cosas.

jueves, 1 de abril de 2010

Para ausencio de agripina

No estás. Y te digo algo, estoy bastante bien.

Tu ausencia me ha sentado de maravilla, como que al irte te llevaste junto contigo todo el bagaje de tormento psicológico. Ya sabes, los malos entendidos messengerianos, mis bajones de ánimo y tu eterna intermitencia, intermitencia que por fin, tiene una constante: tu ausencia.

Quiero escribirte esto, antes de que tu ausencia pierda su deslumbrante efecto de curación, ya que honestamente, hoy tengo verdaderas ganas de vivir sin ti.

Sin tu maravillosa e irresistible tentación, siempre sonsacándome y yo mordiéndome el labio inferior y sin poder decir que No. Casi casi como para volver una y otra y otra vez. "Casi", es la palabra clave en todo esto.

Y qué te cuento que ya estoy siendo guapa, sip, le dije adiós a la fodonguez. No mucho, tampoco creas que me convertí en una Fashion Victim. Solamente estoy siendo lo suficientemente pelirroja para restregarle a tu ausencia de lo que te estás perdiendo. Para restregarle a tu ausencia de lo que se perdió. Para restregarle a tu ausencia de lo que se perderá.

Aunque muy en el fondo, allá refundida entre la ropa de invierno que acabo de guardar y la ropa percudida que tiré, está una velita, que como no queriendo, aún conserva una llama, pequeñita.

..... aww :S