sábado, 18 de septiembre de 2010

neurotiqueces

Habemos personas que simplemente no somos normales. Almenos no en eso de las relaciones.

Y me sigo preguntando porqué es tan difícil? Porqué?
Porqué no puede ser tan sencillo: me gustas, te gusto, nos gustamos, pues ¡va!

Pero ¡ah no!: que si lo que piensa del futuro, que si tiene un largo historial, que es demasiado cariñoso o demasiado frío, que si es muy feo o demasiado guapo que todas le tiran el calzón, que si es muy bueno es ñoño o un poco malito y ya es un desgraciado, o lo más conflictivo, liberal o conservador, si es muy liberal porque quiere estar con otras mujeres también o si es muy conservador que quiere llegar virgen al matrimonio......jaaaa bueno esta última ni yo me la creí, pero derrepente sí puede ser que uno de ellos sea o muy celoso o de plano que no sienta ni poquitos celos si un wey guapo y mamado me coquetea.

El punto es justo ese, encontrar el pinche punto, ni tan teto ni tan cabrón, ni tan seco ni tan empalagoso y entonces derrepente parece que lo encuentro.

Sí, está ahí, el ideal, el parece estar hecho justo a la medida, y entonces empieza la neurosis. y una vez más me pregunto ¿Por qué? ¿Por qué es tan complicado?

Qué si ver la película que el dice o la que yo, que quien cede más, que quien es el que busca siempre primero, que quien es el quiere más....Me limito a tener detalles para que no hostigarlo, me sorprendo preguntando demasiadas veces ¿qué estas pensando? siento que le molesta, no lo puedo evitar, lo vuelvo a preguntar ¿qué piensas? ¿qué te pasa? y por enésima vez lo recuerdo, no Sofía, no todos son como tú que siempre están pensando algo, pero se me olvida y un vez más lo hago, ¿porqué tan serio?, ¡qué no me pasa nada! ¡qué no pienso nada! respondé el, noto cierta desesperación, quiero llorar. Aguanta, no seas cursi, no seas ridícula, no seas neurótica. Y lo dejo pasar, me controlo.

No lo puedo evitar, este maldito defecto de ser siempre conciente de todo, de recordar quien escribió el último mensaje, hace cuantas horas, cuantos minutos, hace cuantos días que no me dice te quiero, recordar el nombre de la tipa que le escribió cariñosamente en el face, preguntar ¿quien era? cuando cuelga una llamada, voltear a ver de reojo cuando alguien le manda un mensajito al celular.


Dame chance, tanto he querido mal, que se me olvida como se quiere bonito...