martes, 29 de diciembre de 2009

Sobre recuentos y esas cosas...

Y henos aquí en el 363° día del año. Sólo quedan dos, pero para mí el 2009 ya se fue desde hace tiempo...¿y el 2010? desearía que no iniciara nunca (sería como estar en el limbo).

En esta ocasión, no tengo ganas de hacer el famoso recuento de los daños, ni el balance de las cuentas, ni de los pros y los contras, ni de las cosas buenas y malas del año, ni de analizar las metas que si cumplí y las que no, para volver a añadirlas a eternas listas que nunca terminaré de tachar, como la lista de aclaraciones pendientes o de palabras no dichas, de encuentros postergados, agghhh! de decir esto ya me están saliendo ronchas :S

Esta vez no. "¿Quieres hacer reír a Dios?: Cuéntale tus planes.." vi una vez en una película, y efectivamente, si me pongo a escarbar, seguro encontraré una serie de cosas que dije que iba a hacer este año y no hice, proyectos inconclusos, planes fallidos, etc. etc. etc.

Ya comenzó la cuenta regresiva y como dice mi papá: “No hay fecha que no se llegue ni plazo que no se cumpla”, ya está todo listo para la fiesta de año, los fuegos artificiales, las doce uvas, las maletas para correr a la esquina y la lista de propósitos... (eemm sí, yo también celebro que por fin ya se acabó).

.....¡En la madre! ¡Mi lista de propósitos! (carita de ojos saltones y enseguida cambio abrupto de ánimo)..... pff!!! en lugar de lista, ahora sólo tengo un sueño escrito en un post it, con el pegamento igual de desgastado que el contenido del mismo. (W)

Falta poco para el año nuevo y a mí lo que me falta son ganas de mucho de lo que antes tenía ganas. También me falta rumbo, me sobran esquemas. Estoy decepcionada de muchas cosas, feliz porque conocí muchas personas, triste porque desconocí otras tantas.

Sé que es momento de romper algunos lazos, ya estuvo bueno de tropezar n veces con las mismas piedras. Bien dicen que si pasa una vez puede no volver a pasar, pero si sucede dos, seguro ocurrirá una tercera y eso de tener tantas velitas prendidas ya está siendo peligroso, en una de esas y me chamusca las ilusiones sobrevivientes.

Quiero tirar la toalla, rajarme, rendirme, claudicar. Aturdida por la inminencia de los 22 años y el 2010 que se avecina (límite confidencial para rendirme al destino), tengo miedo, lo admito, estoy temblando de miedo y quiero decidir, sí, decidirme aunque sea a pintarme el cabello.

Las dos lecciones importantes que me llevo: desapego y humildad.

Las dos frases, la trillada y la socorrida : “Vive el aquí y el ahora” y “Todo pasa por algo”, una en cada bolsillo, una para cada ataque de neurosis, otra para cada reproche a las maniobras del destino, porque aunque sepa que muchas cosas sólo se entienden en retrospectiva ¡cómo tarda en llegar esa fase!

Dos aprendizajes: A veces uno no tiene que buscarse, tiene que construirse & El crecimiento debe ser colectivo, si la vida te da un milagro, debes hacerlo fructificar para otros. (No es momento de ahondar en ellos).

El refrán: "En boca cerrada no entran moscas", es bonito compartir con los demás las metas y los planes, pero no es tan bonito cuando no los cumples y esos -demás- se convierten en expertos en recordártelo y bien me lo decía mi psicólogo, no hay que enseñar las cartas a todo el mundo.

Disculpen si falta hilación en algunas ideas, considérenlo como retrato de mi estado actual.

Hoy me encontré una catarina (dicen que son presagio de buena suerte) y aunque no tengo idea del pronóstico para el 2010, creo que la voy a necesitar, porque si voy a empezar el año con el corazón lleno de imposibles, más vale ser previsora: prever ahorros ($) para los tiempos de pobreza y buenos amigos para los tiempos de soledad.

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