No sé si alguien haya visto la película de Amelie. Es que yo me siento como la escena de cuando es niña y va al río a liberar a su pecesito suicida. (Yo soy el pecesito suicida). Y no por los intentos fallidos de quitarse la vida saltando de la pecera y estrellándose en el piso, no. Más bien estoy como el pez cuando lo arrojan al río y se queda ahí, mirando a su ex-familia, con unos ojos enormes, llenos de dudas, miedo y libertad. ¿Esque acaso las tres cosas van de la mano?
Y entonces su ex-familia que siempre será su familia lo mira con tristeza y amor, sabiendo que es lo mejor para él.
Y el pecesito entonces mira esos ojos llenos de futura nostalgia, respira profundo y se sumerge en el mar.
Vida: ahi te voy.
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